Durante la época colonial, donde los criollas habían conseguido independizarse de la corona española, en cierto grado, Centroamérica vivía un modelo económico casi homogéneo. Sin embargo, cada país tenía su propia fuente de ingresos. Por ejemplo, Guatemala. Si investigamos en la historia de nuestro país, se dio una época de oro en la economía.
Las producciones más grandes de nuestro país eran café, añil y algodón. En la época de oro, hubo una gran demanda de café en el extranjero, en especial de Europa. A causa de esto, nuestros ingresos subieron. Sin embargo, al devaluarse el precio del café por la caída de la Bolsa de Valores de Wall Street, cambió nuestra historia.
Al igual que nosotros, casi todos los países centroamericanos pasaron por una situación similar pero con diferente intensidad de impacto. No obstante, estas producciones no han desaparecido del todo, ya que todavía podemos verlas.
Pero, hay una producción en particular que está teniendo un gran auge y es atractiva para las empresas transnacionales: la mano de obra barata. En El Salvador, eso está tomando mucha fuerza, ya que también nos especializamos en procrearla.
Esto es una consecuencia más de la globalización. Creo que si tuviéramos un modelo socioeconómico propio, visto desde nuestra perspectiva y realidad, sería otra historia. Sin embargo, estamos inmersos en una crisis económica. Y no solo nosotros, también los demás países centroamericanos. Los gobiernos no se preocupan tanto por resurgir los productos de nuestra tierra. Me atrevo a decir que desean centrarse en una economía virtual.
Para finalizar les dejo estas preguntas que serían muy buenas para debatirlas: ¿qué podemos hacer nosotros como comunicadores desde las organizaciones? ¿Cómo enfrentar este reto sin encontrarnos con organizaciones simpatizantes del modelo regente?
Las producciones más grandes de nuestro país eran café, añil y algodón. En la época de oro, hubo una gran demanda de café en el extranjero, en especial de Europa. A causa de esto, nuestros ingresos subieron. Sin embargo, al devaluarse el precio del café por la caída de la Bolsa de Valores de Wall Street, cambió nuestra historia.
Al igual que nosotros, casi todos los países centroamericanos pasaron por una situación similar pero con diferente intensidad de impacto. No obstante, estas producciones no han desaparecido del todo, ya que todavía podemos verlas.
Pero, hay una producción en particular que está teniendo un gran auge y es atractiva para las empresas transnacionales: la mano de obra barata. En El Salvador, eso está tomando mucha fuerza, ya que también nos especializamos en procrearla.
Esto es una consecuencia más de la globalización. Creo que si tuviéramos un modelo socioeconómico propio, visto desde nuestra perspectiva y realidad, sería otra historia. Sin embargo, estamos inmersos en una crisis económica. Y no solo nosotros, también los demás países centroamericanos. Los gobiernos no se preocupan tanto por resurgir los productos de nuestra tierra. Me atrevo a decir que desean centrarse en una economía virtual.
Para finalizar les dejo estas preguntas que serían muy buenas para debatirlas: ¿qué podemos hacer nosotros como comunicadores desde las organizaciones? ¿Cómo enfrentar este reto sin encontrarnos con organizaciones simpatizantes del modelo regente?